miércoles, 18 de mayo de 2011

Ejecutivos españoles y la corrupción

Un interesante informe elaborado por la consultora Ernst & Young, denominado la Encuesta de Fraude Europea 2011 muestra que el 90% de los ejecutivos españoles acepta la corrupción para hacer negocios frente a la media europea que se queda en el 50%. Estos resultados desvelan que tanto los sobornos como las prácticas corruptas están más asentadas en España que en en resto del continente europeo y que un 90% de los directivos está de acuerdo en que es justificable los trucos y trampas que ellos denominan cortar caminos para alcanzar los objetivos corporativos. 


A continuación, vamos a divulgar la noticia íntegra que hemos recogido de CincoDías.com, redactada por Fernando Nakagawa en Madrid el día 18 de Mayo de 2011.

"El soborno y las prácticas corruptas son más aceptables en España que en el resto de Europa. Un 90% de los directivos está de acuerdo que es justificable "cortar caminos" para alcanzar los objetivos corporativos, según la Encuesta de Fraude Europea 2011 elaborada por la consultora Ernst & Young a partir de entrevistas a 2.365 empleados, mandos intermedios y directivos de compañías de 25 países europeos. En el resto de Europa la ratio es más baja: un 50% de los ejecutivos evalúa la posibilidad de adoptar comportamiento no ético para ganar o retener un negocio.

No son pocos los miembros de la dirección que piensan en las alternativas no éticas en el trabajo. Entre los empleados, un 82% cree los directivos deberían usar los "caminos alternativos" para alcanzar los objetivos propuestos por las empresas y sus accionistas. Otra vez, el resultado español es peor que la media europea, que se sitúa en un 62%. Para los directivos españoles, hay tres maneras más comunes de conquistar un cliente por la vía alternativa: ofrecer regalos o servicios personales, entretenimiento o dar efectivo. Cada una de las tres opciones recibió una aceptación de un 30% de los entrevistados. Sin embargo, creen que ofrecer un valor en metálico debería ser la práctica más común para lograr un negocio. En este grupo, además de los regalos, servicios y entretenimiento, también hay la percepción entre un 7% que falsear los resultados financieros de una empresa podría también ser una alternativa para alcanzar un negocio. Esta opción no fue escogida entre los directivos.

Una de los resultados de la encuesta de Ernst & Young puede explicar parte del comportamiento español: la presión de las empresas por los beneficios. Según el estudio, un 80% de los ejecutivos españoles trabaja bajo la presión de reducir costes y un 70% tienen como objetivo aumentar los ingresos. En Europa, la presión también existe, pero con otro ritmo: un 60% deben reducir costes y solamente un 35% - la mitad de España - deben elevar los ingresos corporativos. Además, en España, un 20% de los directivos están trabajando bajo la presión de que despidan empleados. La buena noticia es que la presión por despidos en el país es más baja que en Europa, donde un 31% de los directivos entrevistados sufren la presión para reducir el número de empleados.

"La mayor tolerancia hacia el fraude, el soborno y la corrupción que observamos en el estudio, junto con las iniciativas de reducción de costes en muchas empresas, les están generando una mayor exposición a sufrir un fraude", afirma Ricardo Noreña, socio de Ernst & Young. "Además, con la entrada en vigor del nuevo Código Penal, las empresas en su conjunto deben concentrar sus esfuerzos en la prevención de los delitos, mientras que los administradores y los comités de auditoría tienen la responsabilidad de que este objetivo se concrete en medidas efectivas de control interno", añade"

Este artículo presenta la cruda realidad de las empresas de hoy en día que manipulan, dirigen y controlan nuestras vidas y/o hábitos sociales y de ocio, junto con el apoyo y el consentimiento del Gobierno de turno. El dato escalofriante de la falta de ética o escrúpulos por parte de los directivos para lograr hacer negocio no es menos que del número de empleados que lo apoyan y aprueban. ¿Qué nos está pasando? Ya no sólo existen los jefazos capaces de hacer sucias triquiñuelas para lograr sus objetivos, sino que además los propios empleados, a los que nos dominan, somos capaces de asumir sin problemas sus comportamientos sociopáticos, la crueldad e inhumanidad de los dominantes. Vivimos en una sociedad creada y manejada por los adultos de la generación de entre los años 40 y 60, nacidos y criados en la esencia del franquismo y los valores imperantes, en la que la ley del "todo vale" (que es aplicable legítimamente sólamente por ellos y condenable para el resto) está a la orden del día, pues es la única que les permite seguir haciendo dinero, y de forma salvaje, y seguir teniendo el poder intimidatorio que tanto les excita. Pero lo más preocupante es todos aquellos más jóvenes que les justifican y les admiran por su gran capacidad de hacer negocios, por su emprendimiento y valor. Pero esto no es emprendimiento, ni valor. La realidad es que estamos conviviendo y educando a personas que, adoctrinadas por los dominantes y el sistema vigente de dominación, admiran la capacidad de hacer trampas, de jugar sucio, la falta de ética y de que "el fin justifica los medios".


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